La alocasia, también conocida como oreja de elefante

A pesar del hecho de que es una planta de tamaño considerable, parece ligera y estilizada
gracias a su altura y sus suaves tallos que crecen como un bulbo y unas hojas bonitas muy marcadas.

Sus tallos pueden ser lisos, pero también pueden tener líneas atigradas y su follaje es igualmente
remarcable. Hay algunas especies con hojas que parecen máscaras africanas, una con los
bordes de las hojas arrugados y otra a la que se la conoce como la “planta esqueleto” porque las
venas que recorren sus hojas están muy marcadas.

La alocasia es miembro de la familia Arum y crece en los bosques tropicales lluviosos del sudeste
asiático. Es especialmente común en Borneo, donde puede alcanzar una altura de cuatro metros.
La alocasia tiene 79 especies conocidas y se ha estado cultivando a la altura del ecuador como
alimento durante miles de años.

Las decorativas comenzaron a criar a partir de sus versiones originales. Estas no son
comestibles, pero son extremadamente bellas. La alocasia conquistó los salones de los hogares a
mediados del siglo pasado, con un bonito aire vintage que sigue perdurando.

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Elige la tuya…

La alocasia es bien conocida por su forma de esqueleto debido a las distintivas venas de sus
hojas, Alocasia x amazonia. Hay un buen número de cultivares de esta especie, como la
compacta “Polly” y la pequeña “Bambino Arrow”.

Las especies con hojas más grandes son la A. “Calidora”, la cual tiene grandes y brillantes hojas
con tallos muy delgados. La A. “Portadora” tiene también grandes y brillantes hojas con distintivas
manchas oxidadas en sus tallos. La A. “Lauterbachiana” tiene alargadas y onduladas hojas con
los tallos y el reverso de sus hojas de color rojo. La A. “Cucullata” tiene hojas con forma de flecha

y la A. “California” tiene grandes hojas y puede sobrevivir con bajas temperaturas. Son
particularmente exóticas la A. “Black Velvet”, con venas plateadas y blanquecinas con hojas casi
negras de apariencia aterciopelada y la A. “zebrina”, con hojas en forma de flecha y un bonito tallo
rallado.

Cuidados básicos

. A la alocasia, por su procedencia tropical, le gustan los ambientes cálidos y húmedos también en casa.
. Debe situarse en un lugar luminoso, pero no a pleno sol para impedir que se le quemen las hojas.
. Hay que regarla regularmente con el agua a la temperatura ambiental de la habitación, sin dejar que el sustrato llegue a secarse por completo.
. La alocasia disfruta siendo vaporizada con agua o estando un rato en la ducha.
. Es conveniente abonarla dos veces al mes durante su período de crecimiento y una vez al mes el resto de meses del año.
Fuente e Imágenes: Oficina Holandesa de Flores